La
identidad es esa serie de características y rasgos de personalidad que definen
a un ser humano y lo hacen único e irrepetible. Aquello que lo identifica en
medio de muchos, es la identidad.
La
importancia de la conciencia de quién es, permite a un individuo permanecer
siendo él o ella misma sin perderse en un grupo. Ya hemos mencionado lo
relevante que es ser aceptado, por ser seres sociables, y la identidad es esa
parte de la personalidad que posibilita a los individuos persistir siendo ellos
mismos, aun cuando se adapten a nuevos conceptos.
En
la adolescencia es muy común jugar con la identidad. Se experimentan diferentes
formas de ser y en ocasiones una joven puede fluctuar entre ser una dulce
princesa y unos meses después ser una mujer con alma de artista, lo que no es
tan grave todavía porque es una fase en la que se prueba diferentes formas de
actuar hasta llegar a aquella que finalmente está acorde con lo que él o la
adolescente es; o sea, finalmente hay un conjunto de rasgos de personalidad
propios que prevalecerán. La identidad se empieza a formar durante el proceso
de la infancia y culmina en la adolescencia, etapa en la que todo lo que no se
resolvió en las primeras fases del desarrollo, surgirán para darles cauce y
solución, lo que sí influye en la definición de la identidad.
En
la adolescencia es muy común jugar con la identidad. Se experimentan diferentes
formas de ser y en ocasiones una joven puede fluctuar entre ser una dulce
princesa y unos meses después ser una mujer con alma de artista, lo que no es
tan grave todavía porque es una fase en la que se prueba diferentes formas de
actuar hasta llegar a aquella que finalmente está acorde con lo que él o la
adolescente es; o sea, finalmente hay un conjunto de rasgos de personalidad
propios que prevalecerán. La identidad se empieza a formar durante el proceso
de la infancia y culmina en la adolescencia, etapa en la que todo lo que no se
resolvió en las primeras fases del desarrollo, surgirán para darles cauce y
solución, lo que sí influye en la definición de la identidad.La función de
adaptación consiste en la modificación de la identidad con vistas a una
integración al medio. El individuo adapta algunos rasgos de su identidad,
asegurando una continuidad. Se trata de la capacidad de los seres humanos de
tener consigo su identidad y de manipularla, de su capacidad de cambiar sin
perder la sensación de seguir siendo ellos mismos. En algunas circunstancias
esto es evidente: el medio donde vive devuelve una imagen positiva de sí mismo;
se siente bien ahí y se conocen los códigos que ahí funcionan. En otras
situaciones, especialmente en la inmigración, la tarea se vuelve más
complicada, como para cualquiera que vive una situación de desvalorización de
forma prolongada.
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