sábado, 28 de octubre de 2023

La integridad parte 2

La integridad es ordenada a partir de la decisión personal de actuar según disposiciones divinas, solo puede ser integro quien está dispuesto a honrar a Dios a través de sus ejecutorias. La razón básica de por qué no podemos ser íntegros se debe a que muy pocos han decidido tener a Dios ha estado vinculado en algunos de los códigos éticos más significativos y sus valores se encuentran integrados en otros principios cuándo este no es nombrado explícitamente. La integridad  como principio ético está vinculado con la valoración de la honestidad, el respeto y la transparencia en las interacciones profesionales. En ética, la integridad considera la veracidad y transparencia de las acciones personales, por tanto, se opone a la falsedad o el engaño. Cuando éste es requerido en la intervención o indagación, se deben cumplir las condiciones previstas por la tradición en ética aplicada. Los valores morales nos dicen si algo es bueno o malo, los valores éticos nos dicen si algo es correcto o incorrecto, debido o indebido. En relación con nuestro comportamiento debemos responder qué es bueno, o qué es lo correcto o lo debido. 

Igualmente, de acuerdo con el marco de integridad, una violación de la integridad se refiere al comportamiento que viola los valores y normas morales relevantes. 

La integridad es el valor que garantiza todos los demás valores. Somos personas buenas o personas íntegras en la medida en que somos auténticos; es decir, en la medida en que vivimos la vida de acuerdo con nuestros valores, especialmente, los más altos que nos proponemos. 

Así, ser íntegro es ser la persona que uno dice que es. Básicamente, se trata de la coherencia y la consistencia de acciones, valores, métodos, medidas, principios, expectativas y resultados. Es importante recordar que el rango de nuestros valores depende de los puntos de vista políticos, religiosos o humanitarios que tenemos. Por tanto, la integridad depende de cosas como la confianza y la honestidad, pero también de la política y la sociedad. 

Esto plantea un desafío para muchos, ya que no existen modelos adecuados. Sobre todo, en la educación, en el entorno personal 

Cuando hablamos de ser fieles a nosotros mismos, nos referimos a la autenticidad de nuestro ser más íntimo. Esto es, vivir en verdad con nosotros mismos y con cada persona en nuestra vida. Porque sólo una persona que vive de acuerdo con sus virtudes más elevadas está viviendo una vida de integridad. 

La integridad no tiene topes, no podemos decir mi integridad llega hasta aquí y ahí se termina. Por tanto, llevar una vida integra conlleva elevar continuamente los propios estándares.

   



sábado, 21 de octubre de 2023

La integridad parte 1

 

La integridad es la práctica de ser una persona honesta, respetuosa, adherirse a nuestros valores y tomar sistemáticamente decisiones positivas, incluso cuando nadie esté mirando. Mientras que la honestidad se refiere al acto de ser veraz, la integridad es el acto de actuar de acuerdo a los principios. Actuar con integridad tiene muchos beneficios personales, sociales y profesionales motiva la acción social. Es esencial para la armonía social y para mantener comunidades sanas, libres de corrupción e hipocresía. 

Nuestro cerebro ha evolucionado para ser social y apoya los vínculos y las conexiones a nivel social. Una persona con integridad contribuye a crear un espacio seguro para la conexión social. Las personas íntegras son percibidas como honestas, justas y fiables y tienen relaciones de mayor calidad. radica en la claridad de lo que uno cree que es bueno y verdadero. Cuando una persona es íntegra, tiene la capacidad de ver el mundo como lo es, no como éste lo aparenta, o como a uno le parezca, sino tal cual es. 

Así mismo, se refleja en la propia persona, en cómo es y cómo trabaja, por lo que se auto regula en torno a la verdad y al bien, sin caer en extremos ni pretensiones perfeccionistas Aquel que es plenamente íntegro, es quien se encuentra en contacto consigo mismo y tiene la prudencia para actuar de la mejor manera posible, sin comprometer su sistema de valores, ya que conoce y distingue muy bien lo que tiene que hacer de lo que no. Además, tiene la capacidad de autoexigirse sin necesidad de presiones externas, porque se compromete y se exige con tal de terminar correctamente lo que inicia. Una persona con integridad no se aprovecha de la oportunidad, sino que tomando en cuenta las circunstancias, pondera según sus ideas y principios para realizar lo correcto. Puede que otros le digan que es una buena persona, o que “pudo aprovecharlo más pero quien es un estudiante íntegro sabe lo que hace porque está seguro de quién es, y de lo que es bueno y correcto.

Quien es íntegro de una sola pieza, sabe que lo es, y por ende, es auténtico, porque tiene la capacidad de ver las cosas con una perspectiva más amplia, y de afrontar una vida llena de retos y paradigmas sin perderse en ellos. Es valiente al defender su postura, ya que sabe distinguir lo que es bueno y verdadero de lo que no lo es, sin dejarse arrastrar por una sociedad que lo presiona por pensar diferente.

  














domingo, 8 de octubre de 2023

El honor

El honor es un concepto con diversas valencias, según se tome en una acepción subjetiva (lo que uno siente como su propio honor) o en su acepción social, como elemento que entra en juego en las relaciones sociales en muchas civilizaciones.



Implica la aceptación personal y la construcción en el imaginario social, e incluso en la superestructura jurídica, de una cualidad moral vinculada al deber, a la virtud, al mérito, al heroísmo; que trasciende al ámbito familiar, de la descendencia (la sangre y la casta) y de la conducta sexual; que se refleja en la opinión, la fama o la gloria y en diferentes ceremonias de reconocimiento público; y que produce recompensas materiales o dignidades, como cargos, empleos, rentas, patrimonios, herencias, etc.1​ Específicamente cumplió esa función durante un gran periodo de la historia de la civilización occidental, con conceptos precedentes en la Antigüedad clásica grecorromana y en los pueblos germánicos, llegando a una alta codificación desde la conformación del feudalismo de Europa Occidental en la Edad Media. Continuó operante en las sociedades de Antiguo Régimen (la Edad Moderna en Francia, España, etc.) mientras la nobleza siguió siendo clase dominante en la sociedad estamental. El concepto pervivió en formaciones sociales históricas que se convierten en sociedades de clase o burguesas (Inglaterra) durante la Edad Contemporánea; pero su función es ya otra, exagerando sus extremos más románticos (por ejemplo, el duelo, que tiene su edad de oro en el siglo xix).

Hacer Honor

De la misma manera nos encontramos con la existencia de una expresión que emplea el término que estamos abordando en estos momentos. Se trata de la locución verbal “hacer honores a”, con la que se viene a dejar patente que se está demostrando que alguien es digno de un elemento o hecho concreto. Un claro ejemplo de ello sería la siguiente frase: “El Príncipe con su intervención hizo honores a su título”.

 En este sentido, tampoco hay que olvidar otra locución que también usa el citado concepto. Se trata de “hacer los honores”. Una locución verbal esta que cuenta con dos significados posibles. Así, en primer lugar, se utiliza para determinar que un anfitrión está atendiendo de manera conveniente a sus invitados. Y por otro lado, se refiere a los propios invitados cuando toman bastante comida de la que les han puesto manifestando así aprecio por ella.




Honor, honra y honradez

Aunque propiamente son conceptos diferentes,6​ es muy común confundir honor con honra o con honradez, pues su deslindamiento es difícil. El honor se confunde con el concepto medieval castellano de mesura, decoro, decencia o dignidad humana. La honra, tal como se entiende en el teatro clásico español (frente al honor, que es la dignidad de puertas adentro), es la dignidad de puertas afuera y equivalente a la reputación, el prestigio, la lealtad, la opinión, la gloria o la fama: es decir, la sanción y conocimiento social del origen familiar esclarecido, que se remonta al mérito de un antepasado que, fundamentalmente por servicios militares, conquistó la nobleza (como virtud u honor). Descender de él confiere la herencia de la nobleza, en España la hidalguía (ser hidalgo o hijo de algo). Derivado del concepto viene la necesidad de fidelidad conyugal y castidad en las mujeres de la familia, garantía de que los varones hereden con la sangre la nobleza original.

El concepto de honradez sería más propio de una concepción burguesa del mundo (la fiabilidad para los negocios).

En el derecho el honor, la honra y la reputación están extremadamente ligadas, aunque esta última se asocia más al concepto de imagen.

Son atropellos al derecho a la honra, que es un derecho humano, y la reputación, que también es un derecho humano, los comportamientos dirigidos a denigrar a las personas, los que comprenden la imputación de delitos y de inmoralidades, las expresiones de vituperio y los actos de público menosprecio.


Derecho Humanos

La honra y la reputación son derechos humanos establecidos en el Artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.



La Tolerancia

 Tolerancia se refiere a la acción y efecto de tolerar. Como tal, la tolerancia se basa en el respeto hacia lo que es diferente, y puede man...