La disciplina es la capacidad de las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia, tanto para la ejecución de tareas y actividades cotidianas, como en sus vidas en general. supone la capacidad para controlar los impulsos, sobre todo aquellos que nos apartan de los objetivos y más bien nos inclinan al goce de los placeres más inmediatos. De allí que la disciplina sea muy importante a la hora de alcanzar metas arduas, tanto a nivel personal pues,
es una virtud moral asociada
a la capacidad para llevar una vida ordenada en concordancia con nuestros
principios, deberes, objetivos y necesidades, y en observancia de las normas de
comportamiento social.
La disciplina más temprana se imparte al niño en el hogar por parte de los padres o de la persona que esté a cargo de la crianza del infante, y comprende aspectos como el establecimiento de una hora para irse a la cama, una hora para comer, los hábitos de aseo personal,
así como otros temas relacionados con la conducta en el hogar y fuera y del niño recibe la disciplina escolar, donde aprende cómo relacionarse con sus iguales y sus superiores, el cumplimiento de los deberes, el seguimiento de las normas, es decir, el código de conducta que la escuela impone para asegurar la convivencia, el orden y el funcionamiento de la institución. Y observancia de las normas de comportamiento social.
es un hábito que cada
persona genera con base a su compromiso y autocontrol sumando también el
comportamiento y personalidad que tenga cada uno
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